viernes, 15 de julio de 2016
CERÁMICA CHAVIN
El alfarero de chavín dominó la arcilla, pero la mejor obra de arte fue sin duda los huacos ceremoniale, el cántaro ceremonial se reconoce por su forma globular y base aplanada, así como su asa tubular que se ha sabido ganar el nombre de gollete estribo. Este último consta de dos canales curvos que se unen en una vertedera vertical, dibujando un tipo de asa, que es único en el mundo.
Es cerámica compacta, fina, dura, lustrosa y con incisiones en la superficie que retratan los atributos felínicos. Las piezas ceremoniales miden 15 cm. de ancho, llamando la atención el grosor de sus paredes y los planos- relieves artísticos. Su color grisáceo oscuro, muchas veces negro, procede de la quema y nunca de colorantes; las incisiones se deben al punzón, espina o aguja manejado en forma maestra, también a la bagueta de hueso, al cincel de madera y al chuzo o vástago en cuya extremidad frecuentemente se ponía un botón forrado en tela para producir impresiones estampadas que evocaran el arte textil.
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